martes, 22 de septiembre de 2020

NADIR ( 9 DE OCTUBRE)









                                                                                                     fotografías RMRF


 
Caminaría por todos los lugares de este mundo
y aun así te seguiría buscando a ti,
porque te perdí entre la arena de un desierto.
A ti que fuiste mi paraíso, mi oasis vital.
¡Cuántos años hace que te amé!
y cuando apareciste,
no supe o no quise reconocerte.
Como Penélope, te imaginé
con otro rostro, con otras manos,
con otra cara, con otra voz.
Me tendiste la mano en medio del camino
y no pude asirme a ella.
Me acomodo en ese lugar del recuerdo
donde te escondes y no quiero salir al exterior
porque no reconoceré el entorno que me rodea,
me sentiré perdida en un nadir abisal.
Proyecto amargura, rabia, ira
y no controlo hacia dónde, qué o quién se dirige.
Gris es mi nombre sin tu musical voz,
y yo emigrante de mi misma,
en una noche que roza la muerte,
no sé dónde esconderme.
¡Ninguna rosa crecerá aquí!
¡Sin tu voz no sabré vivir!
Soledad de frases y sonidos,
de miradas, de tacto,
eso es la soledad.

 

TU NOMBRE

 



 



Los pájaros partieron del jardín
y por la memoria paseas,
un miedo, una lágrima, un suspiro
de impotencia me nacen.
Espero otra aurora donde sea feliz
como en otras auroras lo fui.
Un hueco, un espacio, una sombra
se perfilan en el gran salón
y en los labios una palabra te invoca.
Ya nunca veré tu silueta,
sino tu nombre-inmortal para mí-
rodeado de flores.
Si te pudiera dar las gracias,
me gustaría poder hacerlo sin lágrimas.
El sol ya te ha olvidado,
la luna ya no ilumina tu rostro
y ya no llevo cicatriz,
sino un cambio por dentro
-que unas veces duele y otras alivia-
al retenerte en la memoria.
Que el naufragio ya ha sucedido,
que el universo ya se detuvo y
una leve resignación y aceptación,
me hacer comprender que soy humana
y el paraíso no está demasiado lejos.