Cada poro de mi piel
grita, pide ayuda, araña
el tiempo del devenir.
El viento lamenta su sonido
y se enreda en mi pelo.
Me asomo a la ventana
del futuro y me siento
atrapada y presa de mi cuerpo.
Como un náufrago recojo
mis últimas esperanzas
y las esparzo como salvavidas
alrededor de mis sueños.
Todo lo malo
vuelve a repetirse de nuevo.
Todo lo bueno
aún no ha sucedido.