“Un nuevo estudio
sobre la composición
de 150.000
estrellas pertenecientes a nuestra Vía Láctea
confirma que no
se trata simplemente de una frase bonita:
los humanos están compuestos, sin lugar a dudas, por
polvo de estrellas.”
Si somos polvo
de estrellas
y el universo
se concentra en
nuestra alma;
si somos materia
cósmica
y los átomos
que componen
nuestra vida
son partículas
celestes;
si somos
estrellas fugaces
y nuestra sangre
atraviesa el
universo
envuelta en
carne y piel
cruzando Cáncer
y Virgo;
si navegamos los
mares
sobre espumas
marinas;
si recorremos la
noche
con los párpados
pegados
y obviamos la
luz de luna
hasta que el
dios sol estalla:
¡Si somos ángeles cósmicos,
por qué
cabalgamos sin ley
en centauros
solitarios!
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