Una barca sin remos
Un horizonte inmenso
Un horizonte inmenso
Un cielo infinito
No hay sol
No hay luna
Sombras y luz
Una arena desierta
que entierra mis huellas
no hay sol
ni luna
el azar guía mis pasos
las olas ocultan mis pisadas
Dos barcos naufragan sobre la arena,
sin timón, remos, personas o vela,
varados, rotos, como una sirena
cruzaron el mar siguiendo una estela.
Sin luna, sin sol, esperan sin pena,
su cuerpo de árbol en pie se rebela,
llama a la marea de la luna llena.
Gaviotas empujan y hacen de vela.
Quisieran un río, un arroyo, un monte
para navegar por nuevas orillas,
la muerta arena mira de puntillas
ver mar y tierra, mirar el azul,
y esos encajes que bordan el tul
de espumas blancas ante el horizonte.
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