Empujé con la cabeza
El mar se desbordó y me arrastró con él
El frío era tan intenso que tiritaba
No conocía nada
ni a nadie
No conocía mi cuerpo
mi cara
mi nombre
mi libertad
Tampoco conocía los latidos de mi
corazón
Mi cuerpo temblaba de miedo y frío
Las manos de un gigante me secuestraron
Me llevaron a ella
Madre esperaba nerviosa
agotada
atemorizada
por lo vivido en el parto
La miré a los ojos cansados
Dormidas las dos
nos alimentamos mutuamente
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