De tanto caer aprendí a
volar
y en cada caída mi mano tendía,
por si la esperanza al fin me traía
más fuerza, más vida, más sabiduría.
De tanto caer aprendí
que el sol
refleja su luz en cada rincón,
y con su calor me cubre
también.
Y en cada caída más fuerte me hacía.
pues en cada noche
brillaba orgullosa
porque en su periplo
solo descendía
y con las estrellas un
manto tejía.
De tanto caer, me he vuelto raíz.
De tanto caer soy río
en el mar.
De tanto caer, no temo
a la muerte.
De tanto caer, me aferró a la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario