Se muere a chorros nuestra vida
aunque en nuestros ojos de otoño,
algunos días, se nos inundan de primavera
y los rizos de nuestro pelo ondean al viento,
mientras jugamos recordando nuestra niñez.
Las alas de nuestra libertad,
no nos caben en el pecho, por eso,algunas veces el sufrimiento es infinito
-es la vida- que aprieta, arranca, arrasa.
Pero también dona, agracia, completa.
es de mirar siempre hacia atrás.
Por eso, ya es hora de mirar hacia delante,
tocar el mundo con las manos,
y querernos, cuidarnos, abrazarnos.
porque somos presa de lo que hemos vivido,
amado y queda su testimonio.
Somos silencio, paz y calma.
La soledad es nuestra compañía
-aún entre la multitud-
un signo de interrogación constante
y una admiración otras.
El tiempo no es nuestro, es prestado,
y hay que utilizarlo, disfrutarlo, exprimirlo.
Y tú, mamá, ya no cumples años,
cumples sueños, cumples vida.
cumples sueños, cumples vida.
Y todo está bien si nos miras y nos hablas.
Y nos sigues enseñando el camino de la vida.
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