ACUARELA-R.M.R.F.
Cubierto de morado... ¡Penitente!
No nos dejas caer en el olvido,
cuando vemos tu cuerpo escarnecido,
con espinas clavadas en tu frente.
Tu mirada, profunda y persistente,
llega a mi corazón, que arrepentido,
por tu perdón se siente conmovido;
y por tu amor –que todo lo consiente–
A tu puerta llamé para ofrecerte
estos versos escritos con el alma,
que vagaba perdida y desolada.
Mi camino seguí, y aún con no verte,
desde entonces Señor... siento esa calma
que me llega de ti cada alborada.
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