Boca abajo, húmedo, inerte,
cabeza ladeada hacia la izquierda,
brazos a lo largo de su débil cuerpo,
palmas hacia arriba,
cara sumergida en las olas
que besan una playa turca,
descansa Aylan Kurdi,
sirio, tres años,
como dormido sobre la arena,
sus zapatos del número 25
calzan cada uno de sus pies,
sin calcetines, vestido de rojo sangre
y azul furioso de mar.
-¡No se mueve!-
-¡Llama a la policía!-
Al cabo de las horas, un policía
recoge su mínimo cuerpo,
-le sobran brazos para abarcarle-.
-¡No despierta!-
-¡Parece muerto!-
Fotografías, prensa, declaraciones,
-“Las manos de mi niño se escaparon de
las mías”-
Padre abatido por sobrevivir al infierno,
el “viaje a la esperanza” acabó en tragedia,
la mortal travesía mató a toda su familia
y destrozo sus sueños.
y destrozo sus sueños.
-¡Dios nos perdone!-
No hay comentarios:
Publicar un comentario