lunes, 28 de agosto de 2017

LORQUIANO 2



En nuestra cama de  luna
abandoné mis recuerdos,
cuando entonces florecía
todo mayo en una rosa.

Muerde estrellas en la voz
el color del desconsuelo,
las lágrimas de los dioses
anegan mi melodía.

Sé que nada es para siempre
y siempre, no dice nada,
y yo me quedé vacía
cuando te entregué mi alma.

Hoy quiero vivir la vida,
el primer rayo del alba,
y la luna en mi balcón
si en perdida noche vaga.

Desde el diván de mis sueños,
adivino el porvenir,
nadie es tan pobre de suerte,
el silencio y mi sufrir.

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