Hoy me siento desplazada como esas
palmeras
que surgen de la nieve sin saber cuál es
su lugar
porque el tiempo ha sido caprichoso,
como esas olas que han perdido el camino
de retorno,
al encontrar a su vuelta, arena
convertida en nieve
compitiendo con la blancura de la cresta
de sus olas,
como una ola que cristaliza en una playa
helada.
Como un tronco arrancado de su lugar en
la tormenta
que navega sin rumbo río abajo arrastrando
a su paso
todo lo que encuentra, para luego perderlo
en el camino.
Abatida y frágil porque esta fría nevada
me congela el ánimo y con su resplandor
impide que reconozca y acepte mi camino,
caminar sola y desprotegida frente al
temporal
y aceptar el paisaje con un solo color.
¡Si al menos hubiera una rama adonde
asirme,
algún banco sin este solido elemento
donde descansar
para despertarme del dolor de este sueño
helado!
¡Hasta la luna parece pálida de frío
sin un sol hacia el que caminar,
abandonada en un mar negro y furioso!
Me digo… que no hay primavera sin luz
que derrita la frialdad de esta nieve,
que no vuelva año tras año y con su calor
florezca las rosas y me embriague de
luna,
que quiebre esta helada sensación de
invierno continuo,
Me digo
Me digo
Me digo
Me digo
Me digo
que entre la nieve no se pierden los
sueños,
solo las huellas, solo la tierra, solo
la hierba,
que solo es un espejo que terminará
deshelándose.
ME DIGO ...
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