viernes, 8 de septiembre de 2017

UN NUEVO OTOÑO

                                                                                                                               ACRÍLICO- R.M.R.F.


En los días crudos e inclementes,
el viento azota los árboles de la plaza
-es un viento que silba, murmulla entre las hojas
y quiere significarse ante mis pasos cansados-
Los árboles sombrean mi memoria
y oscurecen mis recuerdos.

Observo las nubes con asombro
-las nubes son vientres preñados de agua-
se disfrazan de mil caras que me miran
y me buscan para decirme que la lluvia
borrará las huellas de mi camino,
de mi corazón, de mi destino.

Si callo es porque tengo mil heridas,
porque me duelen las palabras que escucho,
las que salen de mi boca, las palabras…
Cuando este corazón abandonado despierte,
no se ilusionará fácilmente, latirá de otro modo,
apuntará a otras coordenadas diferentes.

¡A saber cuál son las coordenadas de mi alma!
quizás…allí, a la sombra de un ciprés,
embriagada por el olor de los rosales
cautivada por sus colores,
apartada de la bulliciosa vida.

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