FOTOGRAFÍA . R.M.R.F.
No hay nada tan ligero
como una nube,
nada tan espumoso
como su tacto.
Si fuera golondrina
sumergiría
mi blanco y negro cuerpo
entre su bruma.
Nada hay tan adaptable
ni tan seguro
que transporte en el tiempo
y en el espacio.
Una nube es sutil
como un adorno,
como un beso arraigado
en el corazón.
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