¡Qué tienen los poetas en el alma
cuando acuden los versos a su pluma!
¡Qué luna, les cambió, qué quieta espuma
de mar, les envolvió la piel de calma!
Nadie sabe porque su tinta ensalma
sombras en los cristales, blanca espuma,
reflejos de la luna- inquieta pluma-,
caricias olvidadas en el alma.
Su precisión vocal es contagiosa,
la belleza, sus versos ilumina,
la intimidad preciada de sus rimas
nos transporta a un edén de luz albina
donde reside el hada misteriosa
que un cuento delicado al fin culmina.
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