FOTOGRAFÍAS RMRF
¡No, nada de nada, no!
Nada le debo a la vida,
todo lo que me ha regalado,
se lo he devuelto con creces.
Todo lo que he conseguido
me ha costado muchas lágrimas
y alguna, más bien pocas, alegrías.
Ahora estamos en paz, dudosa paz,
tú me arrebatas, yo te quito,
tú me amenazas, yo te maldigo.
Cerca más del final que del principio,
veo tu cara, indiferente y justiciera.
Dulce para los que malean por las calles,
agria para los que te aprecian y te cuidan.
Mala madre serás para tus hijos,
si no les das calor en la derrota,
si no les brindas paz en el tormento,
si no vuelves contra ellos tus caricias...
…El alma se rinde ante tu peso
y a veces desfallece,
pero como a las olas del mar,
tú nos enseñas a no morir nunca.
Cuando lo olvidamos,
nos enseñas a reír, a oler a primavera,
a dejarnos cegar por el sol y su calor
y admirar las estrellas de nuevo.
Cuna y tumba somos,
y aunque hoy todo me conduce a su contrario
y el tedio alborota mis recuerdos,
te estoy agradecida por enseñarme a ser más humilde,
más cierta, más humana.
Agradecida por poder ver la luz
y poder escuchar los sonidos,
agradecida por estas manos que escriben,
por estos pies que caminan,
por esta mente que a veces desespera
y no siempre sabe apreciar tu grandeza.
y no siempre sabe apreciar tu grandeza.
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