A ti Cristo te
tengo prometido
penitencia de
amarte y no ofenderte
porque tú nos
recuerdas que la muerte
es parte del
camino recorrido.
Este amor es
libre y consentido,
porque la vida
me ha golpeado fuerte
a tu puerta
llamo a proponerte,
a ti padre Jesús
acudo herido;
que la muerte no
me toque de cerca,
que cumpla mis
proyectos con modestia,
que reciba el regalo
de la vida
y vivir no sea
nunca una molestia.
Que a al amor
sacrifique lo que pida
y tu
benevolencia se halle cerca.
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